A pesar de que una gran parte de la jornada laboral ocurre dentro de los navegadores, muchas organizaciones carecen de seguridad adecuada para enfrentar las amenazas que surgen en este contexto. Un estudio reciente de Palo Alto Networks reveló que el 95% de los encuestados experimentaron ataques relacionados con navegadores en el último año, incluyendo apropiaciones de cuentas y extensiones maliciosas. La situación es alarmante, dado que las empresas utilizan actualmente un promedio de 370 aplicaciones web y se espera que esta cifra aumente en un 50% en los próximos dos años. Estos vectores de acceso son cada vez más vulnerables debido a la naturaleza de los navegadores.
Las consecuencias de esta vulnerabilidad son serias, incluyendo pérdidas financieras y daños a la reputación. La apropiación de cuentas puede permitir a los atacantes acceder a información sensible, mientras que las extensiones maliciosas pueden introducir malware y crear puertas traseras. Las violaciones de datos pueden resultar en multas, pérdida de confianza de los clientes y costosas remediaciones.
Los desafíos se agravan con la creciente utilización de dispositivos personales para acceder a aplicaciones corporativas. Casi el 90% de las organizaciones permiten que sus empleados utilicen sus dispositivos personales para acceder a datos de la empresa sin implementar controles de seguridad adecuados. Como resultado, estos dispositivos son vulnerables y son el punto de partida de más del 80% de los ataques de ransomware exitosos. Las soluciones anteriores, como la implementación de infraestructura de escritorio virtual (VDI) o el envío de computadoras portátiles corporativas, pueden ser costosas y difíciles de gestionar.
Una estrategia más efectiva es implementar un marco de acceso seguro al borde del servicio (SASE), que proporciona acceso remoto seguro a datos y aplicaciones confidenciales. Un navegador empresarial que se integra con SASE permite la detección y prevención de amenazas en tiempo real, extendiendo la seguridad a dispositivos no administrados. A medida que las amenazas evolucionan, la necesidad de medidas de seguridad más sofisticadas se vuelve crítica.
El phishing sigue siendo una amenaza severa, afectando al 94% de las organizaciones en el último año. Por lo tanto, es esencial contar con herramientas que bloqueen accesos a dominios maliciosos y URL inseguras. Un navegador empresarial que alerta a los usuarios sobre posibles ataques de phishing puede ser una solución clave. Además, la visibilidad del uso de sitios prohibidos y software no autorizado por parte de los empleados es vital para protegerse de riesgos adicionales.
En conjunto, la capacitación constante en ciberseguridad y la implementación de medidas como SASE forman una estrategia integral para salvaguardar los activos de la empresa y fomentar una cultura de seguridad entre los empleados. La arquitectura de confianza cero es fundamental en la ciberseguridad actual, exigiendo verificación constante de usuarios y dispositivos. Un navegador empresarial que integra políticas de confianza cero permitirá a las organizaciones aplicar controles de acceso estrictos, minimizando la exposición a amenazas y garantizando que los recursos solo sean accesibles para usuarios autorizados.
A medida que el uso de navegadores y aplicaciones SaaS se intensifica, las medidas de ciberseguridad se vuelven más relevantes. Implementar soluciones avanzadas, como un navegador empresarial que incorpore SASE y políticas de confianza cero, junto con la capacitación continua del personal, se traduce en una defensa proactiva ante amenazas cibernéticas en evolución. Estas estrategias no solo protegen los activos de la empresa, sino que también fomentan la resiliencia frente a un panorama tecnológico en constante cambio.
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