Los afectados son un periodista anónimo de renombre y Ciro Pellegrino, quien trabaja en el medio italiano FanPage. Este medio publicó investigaciones que revelan conexiones entre la primera ministra italiana Giorgia Meloni y grupos fascistas. Paragon, una empresa israelí, señaló que había finalizado su contrato con Italia, después de que un comité parlamentario no hallara pruebas de que el dispositivo de otro periodista objetivo, Francesco Cancellato, hubiera sido afectado.
El escándalo comenzó en enero cuando WhatsApp acusó a Paragon de intentar atacar a 90 de sus usuarios, incluyendo a Cancellato. Aunque Citizen Lab no ha confirmado la infección de Cancellato, sí ha verificado con alta confianza que tanto el periodista anónimo como Pellegrino fueron atacados.
Los investigadores encontraron que el dispositivo del periodista anónimo se había conectado a un servidor vinculado a Paragon. Además, el ataque se realizó a través de una cuenta de iMessage, lo que indica un sofisticado ataque de «cero clic», que no requiere interacción del usuario para implantar el spyware en el dispositivo. El Citizen Lab remarcó que, aunque es difícil detectar spyware como el de Paragon, no es imposible hacerlo.
Apple ha mitigado la vulnerabilidad asociada con este ataque, identificado como CVE-2025-43200 en la versión 18.3.1 de su software. Sin embargo, se confirmó que uno de los dispositivos de los periodistas había sido infectado entre enero y febrero. Pellegrino había recibido anteriormente una notificación de Apple sobre una amenaza de spyware, lo que le preocupó en un inicio pero ahora percibe que se trata de un asunto más grande que afecta a otros periodistas italianos.
Pellegrino expresó que siente que FanPage, su medio, ha sido blanco específico de ataques. Aunque no está seguro de si el gobierno italiano está detrás de estos ataques, ha notado que las autoridades no han hecho esfuerzos para investigar. El Comité Parlamentario de Italia para la Seguridad de la República (Copasir) admitió en un informe reciente que las agencias de inteligencia habían utilizado grafito para espiar a activistas proinmigración, justificando que esto era legal.
El gobierno italiano ha negado cualquier uso de spyware contra Cancellato, y su negativa a permitir que Paragon verifique sus dispositivos ha llevado a un intercambio público tenso. La relación entre Paragon y el gobierno italiano se ha desgastado, con informes apuntando a una ruptura mutua.
Paragon, cofundada por el ex primer ministro israelí Ehud Barak, intenta diferenciarse de otras empresas de spyware como el Grupo NSO. Sin embargo, el uso de tecnología de vigilancia plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la libertad de prensa en Italia y Europa en general.
El Caso de Paragon resalta un conflicto mucho mayor sobre la ética y la regulación de tecnología de vigilancia, involucrando tanto a periodistas como a activistas, y plantea preguntas sobre la complicidad de los gobiernos en el uso de tales herramientas. Pellegrino concluyó que la situación podría ser una «coincidencia bastante improbable» y aboga por una mayor claridad y acción del gobierno para descubrir la verdad detrás de estos ataques. La amenaza del spyware sigue siendo un tema candente en la conversación sobre derechos digitales y libertades civiles.
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