En mayo de 2024, Vinnik se declaró culpable de conspiración para lavar dinero a través de BTC-E. Su arresto ocurrió por primera vez en Grecia en 2017, a solicitud de Estados Unidos, donde enfrentaba una acusación compuesta por 21 cargos, incluyendo lavado de dinero y operar un negocio de servicios de dinero sin licencia. Después de ser extraditado a Francia y cumplir una condena por lavado de dinero, fue devuelto a Grecia antes de ser extraditado a Estados Unidos en 2022.
Las investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense describen a BTC-E, que funcionó entre 2011 y 2017, como una «entidad significativa de delito cibernético» que permitió a sus usuarios comerciar con bitcoin con un alto grado de anonimato. Los fiscales han afirmado que el intercambio procesó más de 9 mil millones de dólares en transacciones y atrajo a más de 1 millón de usuarios, muchos de ellos en Estados Unidos, participando en actividades criminales. Se le atribuye a Vinnik la responsabilidad por pérdidas que superan los 120 millones de dólares.
Se había reportado que los abogados de Vinnik estaban intentando incluirlo en un posible intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia que involucra a Evan Gershkovich, un reportero detenido del Wall Street Journal. Según el New York Times, Vinnik, considerado un delincuente no violento, se enfrenta a la pérdida de decenas de millones de dólares en activos dentro del intercambio de criptomonedas en el que operaba. Su sentencia estaba programada para ser pronunciada en junio.
La liberación de Vinnik se produce poco después de que las autoridades rusas liberaran a Marc Fogel, un profesor de escuela de Pennsylvania que había sido arrestado en Rusia desde 2021. Fogel fue condenado a 14 años de prisión por tráfico de drogas, después de que se encontró una pequeña cantidad de marihuana en su equipaje en un aeropuerto de Moscú. Trump comentó que el retorno de Fogel podría ser una «parte importante» para poner fin a la guerra en Ucrania y afirmo que los Estados Unidos no hicieron grandes concesiones para asegurar su liberación.
En una declaración posterior, Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, indicó que el intercambio de prisioneros representa un acto de buena voluntad por parte de Rusia, sugiriendo que es un indicio de que ambos países podrían estar comenzando a avanzar hacia la resolución del conflicto en Ucrania. Waltz expresó optimismo sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, resaltando que la situación actual podría representar un paso hacia el fin de «la brutal y terrible guerra». La dinámica de estos intercambios subraya la complejidad de las relaciones internacionales en un contexto de tensiones geopolíticas y el uso del intercambio de prisioneros como herramienta diplomática en un panorama donde Estados Unidos y Rusia continúan enfrentando importantes desafíos.
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