El sistema de votación electrónica en Estonia es considerado seguro en cada etapa del proceso electoral. La identidad del votante se mantiene en secreto, y cada voto se transmite a un servidor protegido, lo que asegura que los votos no puedan ser alterados. Además, la precisión de los resultados se verifica mediante métodos matemáticos, lo que fortalece la confiabilidad del sistema. Las acciones de votación electrónica son auditadas por profesionales con certificación internacional, y los votantes tienen la opción de verificar su voto dentro de los 15 minutos posteriores a la votación, lo que contribuye a la transparencia del proceso.
El sistema garantiza que todos los votos se registren de manera adecuada. Antes de comenzar la votación electrónica, los votos se dirigen a un sistema externo (SK ID Solutions AS) que también lleva un registro. En la fase posterior, el Servicio Electoral del Estado (RVT) lleva a cabo una comparación de registros que actúa como un mecanismo de validación para evitar la manipulación de los votos.
Uno de los principios centrales del voto electrónico en Estonia es garantizar su secreto. Los votantes pueden emitir su voto desde casa, en un ambiente privado, y si sienten que han sido presionados, tienen la posibilidad de cambiar su voto. Esto puede hacerse a través de un nuevo voto electrónico o votando en un lugar físico. Los votos son cifrados y solo pueden ser descifrados por los miembros del Comité Electoral Nacional, bajo supervisión de auditores y observadores. Antes de ser contabilizados, los datos personales se separan de los votos cifrados, asegurando que solo se contabilicen los votos anónimos.
Desde su implementación en 2005, el sistema de votación electrónica ha recibido constantes actualizaciones para mejorar su seguridad y transparencia. Esta evolución ha sido fundamental para mantener la credibilidad del sistema, y en las elecciones de Riigikogu de 2023, el 51% de los votantes optaron por votar electrónicamente, reflejando la creciente confianza de la ciudadanía en esta metodología.
Antes de cada ciclo electoral, el sistema de votación electrónica es sometido a pruebas rigurosas que incluyen pruebas de carga, accesibilidad para usuarios con discapacidades, recuperación ante fallos técnicos y evaluaciones de seguridad para contrarrestar amenazas cibernéticas. Estas pruebas son esenciales para garantizar el buen funcionamiento y la seguridad del sistema.
La seguridad del sistema se refuerza mediante el respaldo de datos en múltiples ubicaciones. En caso de que un centro de datos sufra algún problema, se dispone de la información necesaria en otros centros, lo que asegura la continuidad y confiabilidad del sistema electoral.
El enfoque de RIA es garantizar que las elecciones electrónicas sean seguras y fiables, con sólido mecanismo de protección en todos los aspectos del sistema. Alo Einla destaca que la experiencia adquirida a lo largo del tiempo será clave para la mejora continua del sistema. La dedicación y la colaboración constante con expertos garantizan que las elecciones electrónicas de Estonia no solo sean confiables hoy, sino que también estén preparadas para enfrentar futuros desafíos, asegurando así la sostenibilidad y seguridad del sistema electoral.
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